The Curse: City of Fog
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Mad Hatter
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Mad Hatter


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MensajeTema: Nuestra Historia   Nuestra Historia Icon_minitimeSáb Ene 14, 2012 7:28 am

¿Puede la ambición y sed de venganza de un solo hombre condenar a todo un pueblo?

Mayo de 1945, Belzec, Polonia

Tras la caída del Imperio Nazi, en Europa, el pequeño pueblo de Chyze quedó libre por fin de los horrores de la II Guerra que asoló el mundo. Pero esta liberación, solo reveló el horror que se vivió durante muchos años en lo que alguna vez fue un alegre pueblito campestre.
Todo se remonta cinco años antes. El entonces médico y científico Wolfgang Metzger, de apenas 27 años, fue reclutado por el Führer para prestar sus servicios de medicina a los soldados a cargo de la exterminación de personas en Belzec, un campo de concentración de trabajos forzados, exclusivamente para varones, debido a la rudeza de los agotadores trabajos en las canteras. Wolfgang, joven ambicioso y deseoso de riquezas y buena vida, se trasladó al pequeño pueblo de Chyze junto a Carlotta, con quien apenas se había casado hace 1 año, dueña de una belleza sin igual a sus cortos 18 años y a la cual adoraba profundamente.
Para ese entonces, el pueblo de Chyze estaba completamente desolado, abandonado por sus habitantes, quienes escaparon a lugares más seguros para refugiarse y huir de la Gestapo y la SS, y los únicos seres vivientes que se desplazaban por el derruído pueblito, eran aquellos hombres. Pese a todo, para Wolfgang y Carlotta no fue dificultad alguna instalarse en una bella casona que no había sufrido el embate de las bombas y el fuego, ubicada solo a pocos kilómetros del campo de concentración.
Lotta, como cariñosamente él la llamaba, era una chica cándida y de alma caritativa, que se debatía moralmente entre el amor a su marido, y el secreto repudio que sentía hacia el Führer, y el genocidio de tanta gente inocente. Solo callaba para no acarrear problemas a Wolfgang, pues conocía bien lo que una traición hacia el Tercer Reich acarreaba. Sin embargo, movida por su bondadosa alma, acompañaba a su esposo al campo de concentración, para ayudar, y ofrecer de buena fe sus conocimientos en enfermería, cuidando a los numerosos prisioneros, enfermos y demacrados por el duro trabajo, las condiciones de vida deplorables y las exiguas porciones de alimento, consistentes en pan duro y agua, pese a las protestas de Wolfgang, ya que siendo la única mujer del horrible lugar, deseaba protegerla de cualquier cosa, hasta de las miradas de otros hombres.
Pero cabo de unos meses, la dulce Lotta contrajo disentería al entrar en contacto con pacientes enfermos con el virus, muriendo en pocos días, tras una lenta y dolorosa agonía, pese a todos los esfuerzos y los conocimientos de ciencia y medicina de su esposo, quien desesperadamente intentaba día y noche arrebatarla de manos de la muerte. Por si fuera poco, al realizar la autopsia, descubrió que ella esperaba su primer hijo, una criatura de sexo femenino, con apenas 2 meses y medio de gestación. ¿Por qué Carlotta había ocultado su embarazo? ¿A que le temía? Aquello fue más que suficiente para sumir a Wolfgang en la más siniestra y sombría locura, culpando a aquellos inmundos prisioneros por la enfermedad y muerte de su amada esposa. Es entonces, cuando en Belzec se desató el principio del fin.
En completa libertad de hechos al no ser cuestionado, ni vigilado por nadie, el joven Wolfgang, violando su Juramento Hipocrático, comenzó a usar sus conocimientos en medicina y ciencias, indagando y experimentando con la genética. Primero fueron experimentaciones humanas, en el vano intento por revivir, o al menos, crear un ser genéticamente parecido a su amada Lotta, tomando el ADN de ella, como de la criatura no nata para adquirir los cromosomas femeninos, y el ADN de los prisioneros del campo de concentración, a quienes no tenía miramientos ni compasión alguna en mutilar para obtener información genética. Pero al fracasar sus intentos, su creciente locura y deseos de venganza, así como su deseo de querer jugar a ser un dios le llevaron a experimentar con otras especies de vida, como fauna, fósiles, junto al ADN humano, creando criaturas híbridas, que mantenía en cautiverio, así como algunos prisioneros que mantenía encerrados en jaulas, usando el viejo campo de concentración y la casona como su laboratorio.
Aún, luego de que Belzec fuese liberado y abandonado por la ocupación Nazi 5 años más tarde, Wolfgang decidió quedarse completamente solo en el abandonado pueblo, acompañado solo por los pocos humanos que mantenía enjaulados y las especies que había conseguido crear, continuando con sus nefastos y horrorosos experimentos, mientras su alma poco a poco se deshacía de todo rasgo de humanidad y compasión, degenerándose también su cuerpo, el cual se hizo esmirriado, envejecido y enfermizo al no poder contener tanta maldad en su ser, hasta que la muerte comenzó a rondarle a sus aún jóvenes 50 años.
Ya en el lecho de muerte, corrompido completamente por su locura y su odio hacia la humanidad, Wolfgang sumió a Chyze en una terrible maldición que acaeció sobre toda existencia que quedara en el lugar, pero en un último rasgo de humanidad que quedaba en su alma, abrió las jaulas, liberando a todas las especies creadas y humanos que mantenía prisioneros. Aún así, el dolor y el sufrimiento por tantas muertes en nombre de la ciencia, provocó que el antes hermoso pueblito sucumbiera en una espesa neblina, donde todo rastro de vida perdía su belleza, creándose de esta forma, una especie de mundo alterno, una dimensión oculta al mundo, donde todos los seres que la ciencia creó, quedaron atrapados por siempre en Chyze, mientras éste desaparecía físicamente del mapa.

Hoy, ya han pasado muchos años desde aquello, y las criaturas sobrevivientes y los pocos humanos normales que escaparon y quedaron a raíz de los sórdidos experimentos de Wolfgang Metzger han vivido y se han reproducido en aquel pequeño mundo maldito, tratando de formar su propia sociedad, intentando adaptarse, creando jerarquías y medios de vida, ajenos al mundo real. Muchos de estos seres lograron evolucionar tanto en sus capacidades físicas, como en su inteligencia, desarrollando ellos mismos avances científicos y tecnológicos casi a la par que el mundo real, logrando dar nuevamente vida al desolado pueblo. Aún así, es una sociedad peligrosa, donde prepondera la ley del más fuerte, y donde cada quien debe arreglárselas para subsistir de la mejor forma, y no perder la vida en el intento.
Los pocos humanos que por casualidad han traspasado la barrera a aquel mundo intentando buscar rastros del pueblo de Chyze, quedan atrapados por siempre, sin posibilidades de escape, debiendo adaptarse al medio salvaje y hostil en el que el destino, como cruel jugarreta los ha puesto.

¿Crees tú poder sobrevivir? Inténtalo ... si es que puedes.
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